“Cajasol no necesitaba gastarse 200.000 euros al año en los periódicos de Publicaciones del Sur, pero después de una reunión o llamada de Iván Chaves al presidente o al director de comunicación de la caja, se daban las órdenes de compra. En ocasiones se terminaba el año y ni siquiera habíamos consumido todas las páginas compradas”. Éste es el testimonio de un empleado de Cajasol -hoy dentro de Banca Cívica tras la fusión de las cajas- que ha pedido el anonimato y que relata a El Confidencial cómo obtenía las comisiones el hijo del entonces presidente de la Junta, que sólo en 2007 contabilizó una veintena de reuniones para vender publicidad de PdS a consejerías, empresas públicas y cajas andaluzas.
Iván Chaves se reunía con Antonio Pulido, entonces presidente de Cajasol y ahora de Banca Cívica, y con el director de comunicación, Javier Blanco. En esas citas se acordaba una cifra de facturación del Grupo Publicaciones del Sur, que edita decenas de periódicos, principalmente gratuitos bajo la cabecera Viva, como Viva Linares o Viva Chiclana, en distintas poblaciones andaluzas. Según la misma fuente, “el impacto publicitario estaba más que cubierto con otros periódicos mucho más representativos, pero comprándole publicidad a PdS le hacían un favor, una gracia, al hijo del presidente de la Junta", que cobraba una comisión de hasta el 50% en la facturación.
En noviembre de 2008 la facturación anual de PdS a Cajasol no era lo suficientemente abultada en función a los compromisos conseguidos por Iván Chaves, por lo que se dio la orden de gastar en un solo mes, diciembre, 54.810 euros en dobles páginas a color, en tres cabeceras, durante siete días. “Esa cantidad no tiene sentido, es carísimo para unos periódicos de ese nivel. Se trataba de contratar 200.000 euros anuales al cliente de Iván Chaves, cuando con 50.000 sería más que suficiente. Cualquier medio líder que vea esta cifra de consumo y a ese precio la doble página de uno de esos periódicos se echa las manos a la cabeza. Es evidente que había algo raro, aunque en Cajasol todo el mundo sabe cómo funcionaba Iván Chaves”, declaran desde la entidad financiera
El control de la Junta sobre las cajas andaluzas
Cuando Iván el comisionista quería facturar más, hacía lo que denominaban “el caminito”: llamaba al presidente de Cajasol, Antonio Pulido, que no le quedaba más remedio que recibir al hijo del entonces presidente de la Junta. Luego se reunía con Javier Blanco, director de comunicación, y se daba la orden de comprar más publicidad. “Aunque no hiciera falta, había que comprar”, sostienen las fuentes consultadas, las mismas que intuyen que a Pulido no le hacían gracia los negocios de Iván Chaves, pero terminaba cediendo, “ya que el poder de la Junta en las cajas andaluzas es enorme”.
Las fuentes consultadas aseguran que este sistema se calcaba con las consejerías y las empresas públicas reflejadas en la contabilidad de Iván Chaves: reunión con el consejero y orden de compra. Todo ello con Manuel Chaves como presidente autonómico.
En Cajasol, hoy Banca Cívica, ha causado extrañeza la reacción de Manuel Chaves tras la publicación del escándalo de su hijo en El Confidencial: “Lo de Iván Chaves lo sabía todo Sevilla. Él es discreto, pero todos lo veíamos. Además, su socio, Javier Olaegui, se ha pavoneado continuamente de las comisiones que recibia.
jueves, 28 de abril de 2011
Nuevas formas de gobernabilidad
Mañana, jueves 28 de abril, Isabel Ceballos —candidata de UPyD a la Alcaldía de Sevilla— presentará su propuesta de gobierno en medio de la indiferencia mediática y a pesar del desasosiego que provocan las especulaciones sobre los posibles pactos que podrían producirse tras el 22-M. ¿Por qué no es noticia que UPyD podría favorecer el gobierno de la lista más votada sin exigir ninguna prebenda o concejalía a cambio?
Durante años Sevilla ha estado a merced de coaliciones que han desnaturalizado el sentido del voto mayoritario de los ciudadanos, y para una vez que aparece una opción dispuesta a favorecer el gobierno de la lista más votada sin reclamar una parte de la tarta, el silencio mediático es unánime. No entiendo por qué los partidos que admiten su vocación de bisagra y componenda despiertan más interés que los partidos que desean demostrar con el ejemplo que se puede hacer política sin negociar poder y privilegios.
Algo que debería llamar la atención de los analistas es que el discurso de Isabel Ceballos no cae en el delirio de asumir que puede llegar a ser alcaldesa. La alcaldía es cosa de dos partidos, y de lo que se trata es de enseñarle a esos mismos partidos que no todos están dispuestos a chantajear o pastelear. ¿Y entonces por qué tomarse la molestia de presentarse a unas elecciones? Porque la vocación de crear Estado es mejor que la ambición de formar gobierno. El respaldo de Isabel Ceballos a la lista más votada no supondría una concejalía (ni siquiera la de Urbanismo enriquecida con Fiestas Mayores), sino el compromiso de suscribir un pacto nacional por la Reforma Electoral, la Reforma del Poder Judicial y la Reforma de la Educación. En realidad, en cada municipio donde el apoyo de UPyD pueda contribuir al gobierno de la lista más votada, la vocación de crear Estado primará sobre la ambición de formar gobierno.
Más de cien candidatos concurrirán a las próximas elecciones en calidad de imputados, lo cual dice muy poco del respeto de sus partidos hacia las instituciones democráticas. Quienes votan por las mismas siglas a pesar de los casos de corrupción descubiertos no influyen en los sondeos. Quienes piensan que la corrupción de los suyos es más tolerable que la de los otros no cotizan en las encuestas. Y quienes creen «a priori» que un cincuenta por ciento del electorado les pertenece no representan un estado de opinión. En realidad, el desenlace del 22-M lo decidirán quienes no están incluidos en ninguno de los considerandos anteriores. Por ejemplo, quienes ya le votaron a ambos y quienes todavía no le han votado a ninguno de los dos partidos tienen mucho más que decir en las próximas elecciones.
Isabel Ceballos es la única candidata que promete defender la voluntad de la mayoría de los sevillanos y me consta que ejercer esa representación la colmaría por completo. Si alguien cree que las elecciones del 22-M son de verdad plebiscitarias, debería votar por la vocación de crear Estado
Durante años Sevilla ha estado a merced de coaliciones que han desnaturalizado el sentido del voto mayoritario de los ciudadanos, y para una vez que aparece una opción dispuesta a favorecer el gobierno de la lista más votada sin reclamar una parte de la tarta, el silencio mediático es unánime. No entiendo por qué los partidos que admiten su vocación de bisagra y componenda despiertan más interés que los partidos que desean demostrar con el ejemplo que se puede hacer política sin negociar poder y privilegios.
Algo que debería llamar la atención de los analistas es que el discurso de Isabel Ceballos no cae en el delirio de asumir que puede llegar a ser alcaldesa. La alcaldía es cosa de dos partidos, y de lo que se trata es de enseñarle a esos mismos partidos que no todos están dispuestos a chantajear o pastelear. ¿Y entonces por qué tomarse la molestia de presentarse a unas elecciones? Porque la vocación de crear Estado es mejor que la ambición de formar gobierno. El respaldo de Isabel Ceballos a la lista más votada no supondría una concejalía (ni siquiera la de Urbanismo enriquecida con Fiestas Mayores), sino el compromiso de suscribir un pacto nacional por la Reforma Electoral, la Reforma del Poder Judicial y la Reforma de la Educación. En realidad, en cada municipio donde el apoyo de UPyD pueda contribuir al gobierno de la lista más votada, la vocación de crear Estado primará sobre la ambición de formar gobierno.
Más de cien candidatos concurrirán a las próximas elecciones en calidad de imputados, lo cual dice muy poco del respeto de sus partidos hacia las instituciones democráticas. Quienes votan por las mismas siglas a pesar de los casos de corrupción descubiertos no influyen en los sondeos. Quienes piensan que la corrupción de los suyos es más tolerable que la de los otros no cotizan en las encuestas. Y quienes creen «a priori» que un cincuenta por ciento del electorado les pertenece no representan un estado de opinión. En realidad, el desenlace del 22-M lo decidirán quienes no están incluidos en ninguno de los considerandos anteriores. Por ejemplo, quienes ya le votaron a ambos y quienes todavía no le han votado a ninguno de los dos partidos tienen mucho más que decir en las próximas elecciones.
Isabel Ceballos es la única candidata que promete defender la voluntad de la mayoría de los sevillanos y me consta que ejercer esa representación la colmaría por completo. Si alguien cree que las elecciones del 22-M son de verdad plebiscitarias, debería votar por la vocación de crear Estado
Suscribirse a:
Entradas (Atom)