Ninguna encuesta auguraba unos resultados tan prometedores como la realidad les ha otorgado en sus primeros comicios autonómicos y municipales. Luis de Velasco (Valencia, 1939) y David Ortega (Madrid, 1966), que aspiraban el domingo a ocupar, respectivamente, el sillón de la Presidencia de la Comunidad de Madrid y el de la Alcaldía de la capital por Unión Progreso y Democracia (UPyD) se sienten entusiasmados y con ganas de demostrar su «nueva forma de hacer política».
Y lo harán de un modo que tampoco preveían: como cuarta fuerza política de la región, con ocho diputados, y de la capital, con cinco. Incluso se han convertido en la soga del tira y afloja del PP y PSOE para formar gobierno en una decena de municipios (Getafe, Alcalá de Henares, Coslada, Brunete, Villaviciosa de Odón, Villanueva del Pardillo, Algete, Batres, Mejorada del Campo y Velilla de San Antonio). Las ofertas de pacto de las fuerzas mayoritarias no se han hecho esperar, pero será el próximo sábado cuando UPyD decida «por criterio unánime» si hacen coalición o no e irrumpen también en puestos de mando. En principio, dos son sus condiciones para llegar a un acuerdo: que apoyen la reforma de la Ley Electoral y que las competencias de Educación vuelvan al Estado.
La entrada del partido rosa, o de Rosa, en la Asamblea y en el Ayuntamiento de Madrid no va a defraudar a sus 283.983 votantes (De Velasco, 187.974; Ortega, 96.006), según aseguran sus líderes. En la mano ofrecen lo que tantas veces les han solicitado en la vía pública: «Honradez» y «atender los problemas reales con rigor». La vivienda, el empleo, la corrupción, los ancianos, y un largo etcétera se encuentran en su lista de prioridades.
Consideran prometedora su escalada electoral. Han conseguido votos de la derecha y de la izquierda en diversas localidades, otorgándoles en algunos casos una amplia representación. En Alcobendas han obtenido 5 concejales que en 2007 pertenecieron a los socialistas (de 11 han pasado a 5).
Ortega centra su ascenso en que los ciudadanos «se van cansando de los principales partidos. El nuestro tiene carácter instrumental. Es un medio para algo. Ofrece personas de la vida civil, a diferencia de otros, que tienen personas que pretenden hacer carrera en la política».
De Velasco considera que pueden rescatar conceptos olvidados como «la transparencia, el control, la ética y la austeridad: hacer realidad la responsabilidad del político ante el ciudadano, algo que ha sido olvidado».
Los madrileños han depositado buena parte de su confianza en UPyD. Consideran que el perfil de sus votantes se corresponde al de personas «bien informadas, de entre 25 y 50 años, de ciudad y de centro-izquierda o centro-derecha». También creen que han podido acaparar algún voto de los «desencantados» acampados en Sol; de hecho, UPyD lucha por acabar con el bipartidismo, una de las consignas de los «indignados».
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario