UPyD se desmarca de los actos de homenaje a Blas Infante
Mientras seguimos mirando al pasado, Andalucía se desangra.
Unión, Progreso y Democracia considera lamentable el espectáculo mediático propagandístico y la representación teatral que año tras años ofrecen los partidos con representación en la cámara andaluza ante el aniversario de la muerte de Blas Infante.
UPyD no ha organizado ni participará en ningún acto de homenaje al “Padre de la Patria Andaluza”, porque considera que el único homenaje que se le debe hacer a Blas Infante y a las decenas de miles de andaluces que a lo largo de la historia perdieron su vida por defender la libertad, la igualdad y la prosperidad de esta tierra, es no perder un solo minuto en representaciones forzadas de las diferencias, y trabajar unidos para la mejora de la vida de los ciudadanos que viven en Andalucía hoy, en agosto de 2011, y de los que nacerán. Blas Infante fue declarado Padre de la Patria Andaluza por el Parlamento Andaluz. Aunque no dudamos de su merecimiento, negamos la existencia de una “Patria Andaluza” y afirmamos que lo que nos preocupa y debería preocupar al resto de partidos son los ciudadanos andaluces, los que aquí y ahora, sufren y soportan estoicamente los rigores de una crisis secular.
En el convulso primer tercio del siglo XX los andaluces tuvimos que sufrir lamentables situaciones de desamparo, ignominia y desigualdad que figuras como la de Blas Infante combatieron con mayor o menor fortuna. Un siglo después, y salvando las distancias que el propio desarrollo humano ha permitido, Andalucía sigue siendo un referente negativo en multitud de índices económicos, laborales, sociales, educativos, y aunque es bien cierto que el proceso autonómico nos ha situado en la mejor posición de nuestra historia, no lo es menos que seguimos muy lejos de lo deseable, y que tras 30 años de autonomía y dos estatutos tenemos que pararnos a pensar qué funciona y qué no, y tomar medidas valientes, las que sean necesarias.
UPyD tiene claro que entre esas medidas están las de devolver al Estado competencias esenciales para el fortalecimiento de España, y la recuperación de la igualdad y solidaridad perdidas entre ciudadanos, cambiar una ley electoral injusta que permite que esta situación se perpetúe, dotar de seguridad jurídica a nuestra economía, liberar a la justicia de las garras de la política y sobre todo tomarnos en serio la más importantes de las políticas, la educativa, que es la única que puede garantizar el futuro.
UPyD no quiere ni puede tomar como referencia el pasado, preferimos mirarnos en otros espejos: el estado alemán de Baja Sajonia, con prácticamente los mismos habitantes que Andalucía, algo más de ocho millones, con una superficie bastante menor, 47.620 Km2 frente a los 87.000 Km2 de nuestra región, tiene un PIB per cápita de 27.000 €, frente a los 18.507 de Andalucía y una tasa de desempleo del 7,4%, frente al 30% de Andalucía. También ellos han pasado por un siglo XX lleno de avatares, guerras y desgracias, también son humanos, también aman el arte y la cultura. UPyD se resiste a pensar que estas diferencias son fruto de una maldición o designio divino. Está en manos de los andaluces cambiar las cosas y no tenemos ningún reparo, ningún complejo, ninguna reserva en liderar esta rebelión, sobre todo mental, que los ciudadanos andaluces tienen que afrontar.
Si los partidos cuyos políticos han sido elegidos por los andaluces como sus representantes no son capaces de mirar hacia adelante y trabajar unidos para sacar del pozo de desesperación en el que se encuentran a los más de 900.000 ciudadanos sin empleo, y en vez de ello siguen aprovechando cualquier excusa, hoy es el aniversario del fusilamiento de Blas Infante y mañana será otra cosa, para exagerar sus diferencias, poca esperanza nos queda.
UPyD quiere por el contrario trasladar al pueblo andaluz un mensaje de esperanza, de inequívoca esperanza: Juntos podemos hacerlo, en el seno de una España fuerte y sin complejos, que sea capaz de aprender de nuestros vecinos adelantados y aplicar sus recetas. Poco hay que inventar.
Y sí que podemos hoy recordar unas palabras de Blas Infante, una figura que el nacionalismo ha pretendido secuestrar, aunque no fue más que un ilustrado hombre de bien, que luchó por la justicia y la mejora de su gente de la forma en que las circunstancias de su tiempo le aconsejaron hacerlo: “Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano. Creo que, por el nacimiento, la naturaleza señala a los soldados de la Vida el lugar en donde han de luchar por ella. Yo quiero trabajar por la Causa del espíritu en Andalucía porque en ella nací. Si en otra parte me encontrare, me esforzaría por esta Causa con igual fervor”.
A ese nacionalismo humano, o humanismo, está aferrado UPyD desde su nacimiento y concepción.
Granada, 11 de agosto de 2011
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1 comentario:
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